miércoles, 28 de marzo de 2012

Los Villares-Las Cimbras-Mingo-Canalización de agua de Mingo. (Jaén, España.)





No podíamos dejar pasar esta ruta que la semana anterior desde el Canjorro y viendo los cortados de la  Veleta , pudimos apreciar un pequeño sendero por la parte central  del cortado, que desde la distancia dedujimos que podía ser una canalización de agua, así que diseñamos esta ruta de mediodía, que resulto ser de lo mas espectacular, por las magnificas vistas, y el entorno por el que discurre el sendero que efectivamente es la canalización de agua de Mingo.Y no podemos dejar de mencionar el abrigo del Contadero llamado por las gentes de los Villares "Las Cimbras" y que sirve de aprisco para el ganado. Convertido en Santuario ya que a una mujer del pueblo dice que aquí se le apareció la Virgen.


 Este abrigo rocoso de grandes dimensiones  fue un asentamiento prehistórico y en el  cual existen unas pinturas rupestres  que se componen de una serie de manchas y restos de figuras de apariencia indefinida y mal conservadas que se distribuyen a la izquierda y en el centro de la oquedad.


Una ruta muy bonita que recomiendo no hacerla con niños y desde luego abstenerse gente que padezca de vértigo.















RECURSOS:

     


IMPORTANTE:

La descripción que se hace sobre las rutas es totalmente subjetiva, basándose únicamente en las apreciaciones, percepciones y sensaciones de los que suscriben, y analizando lugares, pasos, dureza, dificultad, etc. bajo su único y arbitrario punto de vista, que en ningún modo tiene por qué coincidir con el de otras personas.

Esta descripción no pretende ser en ningún momento una referencia plenamente fiable, sino una referencia meramente orientativa y no necesariamente válida.

Si decides realizar cualquiera de las rutas aquí descritas en su totalidad, en parte, o utilizar la información que contiene su descripción, documentate además en libros y guías especializados sobre la zona en donde encontrarás una mayor y seguramente mejor información.

Son exclusiva responsabilidad de quien pudiese utilizar esta información los posibles percances que pudiera sufrir como consecuencia del desarrollo de una actividad basada en el uso de esta descripción.

Antes de realizar cualquier ruta, valora tu forma física, tus conocimientos sobre cómo moverse en montaña, infórmate sobre la climatología, ve debidamente equipado y actúa con prudencia en todo momento, no excediendo tus capacidades



martes, 20 de marzo de 2012

Peñas de Castro- Sima Encantada


La sima encantada

Aquel lugar destaca por la paz que en él se percibe, por sus formas geológicas, por las vistas aéreas y por el silencio y quietud que lo ambienta. El complejo cavernícola está formado por una serie de salas y galerías que se comunican entre sí, que fueron estudiadas por Miguel Chicote Utiel y José López Murillo. Una de ellas, la sima encantada, se encuentra en la meseta más elevada del cerro El Canjorro. Carece de formaciones estalagmíticas, y por lo tanto, también de agua. La entrada es un tubo o chimenea de formas irregulares, que hay que descender con una escala de 20 metros, llegando a una sala central, desde donde parten dos direcciones. La galería norte conduce, a través de un paso de gatera de tres metros, a un corredor que acaba en una roca de forma triangular. Para continuar hasta el fondo de dicha galería hay que dejarse caer por uno de los lados del triángulo, llegando a la base, donde se continúa unos metros hasta cerrarse completamente la grieta.







A la dirección sur de la sala central se accede por una rampa hasta la base de la entrada sur. Junto a la misma se abre la boca de una serie de grietas y recovecos que no conducen a ningún sitio determinado. Pero a la sima encantada le viene el nombre por la leyenda que cuentan los lugareños, que en época árabe, cuando las tierras de Jaén eran objeto de repetidas y cruentas incursiones desde el reino de Granada, vivía un humilde labrador, de carácter reservado, que tenía una hermosa mujer y una hija de incomparable belleza. Enterado, este agricultor, de la proximidad de las huestes sarracenas, y a sabiendas que en sus terribles 'razzias' rapiñaban todo lo que se encontraban y se llevaban como esclavas a las mujeres, decidió encerrar a su mujer e hija en las inusitadas profundidades de la sima, por temor a que los infieles pudieran mancillar su honor deshonrando a las dos mujeres.


El agricultor murió a manos de los moros y las dos mujeres quedaron presas en las entrañas de esa sima, sin agua ni abrigo. Los días pasaron y las hermosas mujeres fueron demacrándose por la falta de alimento, por el frío y por la desesperación de que no venían a rescatarlas. De nada servían sus gritos, porque por allí no pasaba nadie. Transcurrido algún tiempo, contaban los pastores que atravesaban la zona, se oían unos gritos estremecedores que se han ido sucediendo hasta nuestros días, sobre todo por la noche. Incluso algunos también han visto, cuando oscurecía, la figura de una mujer con el pelo suelto deambulando por aquellos parajes.
Pero en la sima encantada siguen ocurriendo cosas de difícil entender. Así, hace unos años, un grupo de espeleólogos realizaron una exploración en la zona. En una primera incursión observaron que tenía muchos pasadizos y descensos de nivel, por lo que decidieron acampar en el lugar y dedicar varias jornadas a investigar aquellas fascinantes paredes. En la segunda noche olvidaron subir sus cuerdas y a la mañana siguiente cuando fueron a recogerlas contemplaron atónitos como el último tramo, de una de ellas, se encontraba empapada de sangre fresca. Sin embargo, el asunto se volvió sorprendente cuando el resto de cuerdas estaban en las mismas condiciones, a sabiendas que en el fondo de la sima no había restos de animales ni humanos.

Pero en El Canjorro también existen unos restos pétreos, como una piedra cortada en semicírculo y otras talladas rectangulares y en triángulo, que parece como si hubieran pertenecido a un pequeño templo o santuario, al igual que la piedra con sonido acampanado que se ubica en otro extremo del lugar. Estos bloques tenían funciones de comunicación con otros pueblos, facultades curativas por medio del sonido y otras para facilitar la comunicación con entidades espirituales, porque en aquel lugar existen unas corrientes telúricas que facilitan esas conexiones.

Precisamente en El Canjorro acaeció una historia, que más bien podría parecer de cuento, pero que sucedió en realidad. Paseaba por allí un aficionado a las plantas y descubrió un jilguero trémulo, con un ala semiabierta. Lo cogió para auxiliarle, pero observó que nada tenía roto. Le dio calor con sus manos y con sumo cuidado la dejó sobre una piedra para que continuara su vuelo. De pronto comenzó a brillar, a perder su forma, su corporeidad y a transformarse en una bellísima y menuda joven. Con una sonrisa cautivadora le dijo que aquello era real y que pertenecía a otro plano, y que para premiar su buen corazón le invitaba a conocer su mundo. Cogió unas prímulas y le dijo que se las comiera. Poco a poco el Cajorro empezó a cambiar. La pared por la que los escaladores hacían sus prácticas fue perdiendo su pétrea reciedumbre y la luz del día se matizaba para crear una atmósfera diáfana.

Sorprendido vio como la pared iba desapareciendo y en su lugar se dibujaba un paisaje profundo, con árboles, colinas y un pequeño poblado. Ya era de la misma estatura de su joven bella. Avanzaron hasta el pueblo y le presentó a todos los que habían acudido a la fiesta. Eran los enanos del Puente Tablas, los gnomos de Giribaile, los duendes de Santa Anta y los elfos de Jabalcuz. Sonaba música alegre y pegadiza, la luna hacía su aparición y todos se dirigieron a un prado cantando, saltando y riendo. Allí formaron corros y bailaron sin cesar durante tiempo. Por efecto de la bebida y el exceso de baile, este hombre quedó profundamente dormido. Cuando despertó ya había desaparecido todo lo que había estado viendo. Se encontraba en la plaza del Canjorro. Estaba solo. El muro pétreo no pudo atravesarlo. La hierba estaba como aplastada en círculo. Se acordó del baile. Cuando se volvió a su casa descubrió con sorpresa que había pasado una semana.






RECURSOS:

     


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La descripción que se hace sobre las rutas es totalmente subjetiva, basándose únicamente en las apreciaciones, percepciones y sensaciones de los que suscriben, y analizando lugares, pasos, dureza, dificultad, etc. bajo su único y arbitrario punto de vista, que en ningún modo tiene por qué coincidir con el de otras personas.

Esta descripción no pretende ser en ningún momento una referencia plenamente fiable, sino una referencia meramente orientativa y no necesariamente válida.

Si decides realizar cualquiera de las rutas aquí descritas en su totalidad, en parte, o utilizar la información que contiene su descripción, documentate además en libros y guías especializados sobre la zona en donde encontrarás una mayor y seguramente mejor información.

Son exclusiva responsabilidad de quien pudiese utilizar esta información los posibles percances que pudiera sufrir como consecuencia del desarrollo de una actividad basada en el uso de esta descripción.

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jueves, 15 de marzo de 2012

Serrezuela de Pegalajar 15/03/2012






Pegalajar es un municipio español de la comarca de Sierra Mágina, en la provincia de Jaén, Andalucía. Una parte de su territorio municipal se encuentra dentro del Parque Natural de Sierra Mágina.

        La Serrezuela de  Pegalajar está situada al Noroeste del pueblo. Forma parte del entorno del núcleo urbano  donde existe un rico patrimonio de arquitectura rural en piedra seca, fruto de una cultura muy influenciada por la orografía y la historia. El núcleo urbano se ubica en la falda de este monte, por lo que tanto la población como la parte más baja de la Serrezuela, que comprende las tierras de cultivo donde está ubicada la zona de Huerta, pueden ser consideradas como una extensión de la misma.
Hay dos senderos principales en la Serrezuela. El más largo de ellos, de unos seis kilómetros de recorrido, circunda la misma. A éste se accede desde las cuevas del Romeral, a través del sendero de la Peña Gorda o de  de la Cruz Alta. Otro acceso al mismo se encuentra en el puerto de las Siete Pilillas, donde el sendero se encuentra casi al nivel del mismo puerto. Un segundo sendero atraviesa la Serrezuela por su cumbre, en su extremo.Suroeste, por encima de la Peña de los Buitres, partiendo y finalizando en el primer sendero; es de acusada pendiente excepto en la cumbre, donde existe un importante trecho llano. Ambos atraviesan en casi todo su recorrido zona boscosa de pinos carrascos, con algunos chaparros, romerales, tomillares, aulagares y espartales. La zona más árida, correspondiente a la ladera suroeste, es lugar de acusada pendiente y pedregoso, pero donde también existen algunos ejemplares arbóreos dispersos, como la encina y el almendro, que contribuyen a darle una impronta especial al paisaje, y también donde se inicia una zona de bancales formados con hormas de piedra caliza de especial belleza paisajística, que desde el camino suben escalonadamente hasta la pared rocosa de la Peña de los Buitres. En la parte más baja de ésta, fuera del circuito de los dos principales senderos y ya lindante con el olivar, hay una meseta con un paisaje singular de grandes peñascos intercalados en un bosque de pino carrasco en el que también se encuentran diversas albarradas. Este paraje recibe la denominación de los Peñonares. De ahí parte otro sendero semejante a los anteriores que llega al término de La Guardia.





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miércoles, 7 de marzo de 2012

Otiñar-Castañeda-Barranco de la Tinaja.







Sin lugar a dudas unos de los rincones de la provincia de Jaén con más misterio e historia es el paraje conocido como Otiñar, en el término municipal de Jaén, y englobado dentro de la conocida como Sierra Sur. La ocupación humana de la zona puede remontarse a etapas tan antiguas como el Neolítico, existiendo importante evidencia rupestre y material del Calcolítico, así como restos ibéricos e incluso romanos en la villa del Laurel, situada en pleno valle del río Quiebrajano.
Un caso único lo constituye el Barranco de la Tinaja, que ofrece en sus diferentes estaciones las únicas representaciones de petroglifos (círculos concéntricos) que conocemos en la zona de Otiñar, si bien es en esta cueva donde la treintena de figuras se presentan con una sorprendente insistencia, imagen favorecida por su grado de conservación. A pesar de ser una zona protegida por la Junta de Andalucía, el abandono y los actos vandálicos ponen en serio peligro su continuidad.
Dicho esto paso a comentaros un poco la ruta que a pesar de ser por una zona conocida por los jiennenses montañeros y no tan montañeros no por esto deja de sorprendernos, por sus maravillosos parajes.
Dejamos el vehículo en el inicio del Barranco de la Tinaja y optamos por alargar un poquito la ruta y en lugar de ir directamente a Castañeda por el barranco cogemos el camino hacia Otiñar y ascendemos por la pista cruzando el Barranco de la Hoya, pasando por encima del castillo de Otiñar y descendiendo un poco mas adelante hasta coger un sendero que pasa por la Rinconada de la Acebuches y después por el Puerto de la Senda que nos llevara hasta la pista que da acceso a Castañeda. Aquí nos tomamos un respiro y volvemos sobre nuestros pasos por el mismo sendero que aunque no se ve pasa casi paralelo a la carretera del pantano, aunque bastante mas arriba, seguimos nuestro camino hasta llegar al Castillo de Otiñar después al Barranco de la Tinaja donde finalizamos nuestra ruta. Sendero desconocido para nosotros, y una ruta con el encanto tan especial que nos da nuestra Sierra Sur de Jaén.


Recursos:





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